Hay un viejo lema que reza “No te vistas para el trabajo que tienes, sino para el que te gustaría tener”. La etiqueta en el trabajo es parte esencial de un mensaje de éxito.
La imagen personal, que incluye tanto la vestimenta como el lenguaje corporal, es el fruto de una cuidada estrategia de desarrollo personal, es una habilidad intangible que nos permite enviar dos mensajes: el de la filosofía de nuestra empresa y el de nuestras expectativas profesionales.
Si eres un especialista en ventas, tu imagen personal representa a tu empresa, proyecta confianza en tu cliente y crea un vínculo que te beneficia. Si somos atendidos por una persona con la vestimenta adecuada, sentimos que frente a nosotros hay alguien que se ha esmerado en hacernos la experiencia más agradable; quien responderá con mayor eficiencia a nuestros requerimientos.
Tu imagen se debe convertir en todo un branding personal cuando se trata de impulsar tu carrera. ¿Cómo puedes aprovechar tu etiqueta para cerrar más tratos? ¿Qué aspectos de tu lenguaje corporal debes evitar y cuáles aprovechar para generar más ventas?
Te ofrecemos una serie de tips, en esta pequeña guía, para mejorar y potenciar tu imagen profesional.
Te puede interesar: Tendencias de Reclutamiento que Darán de qué Hablar este 2019
La imagen personal y profesional
La ropa que elegimos, la postura que tomamos, los gestos que hacemos: todo ello es parte de nuestra imagen personal y transmite un mensaje inmediato que, muchas veces, suele ser más efectivo que las palabras.
Observa a la gente a tu alrededor, seguramente, con un solo vistazo, sabrás si están molestos, cansados o aburridos. El gran problema con la imagen personal es que, si no la cuidamos, dará un mensaje equívoco acerca de nosotros mismos; nadie quiere tratos con gente que no cuida su aspecto, pues esto habla de una falta de profesionalismo.
Vestirse bien es todo un arte. En relación a la combinación de colores, materiales y texturas se han escrito tratados enteros, pero, en cuanto a nuestro aspecto profesional se refiere, podemos establecer una sencilla regla: hay que obedecer a una etiqueta.
Es lo que hacemos cuando decimos que vestimos de manera formal, informal o sport; lo que indicamos es que nos vestimos acorde a una situación y un ambiente. Se considera, ante todo, una mala forma de vestir el no respetar ese código social, como por ejemplo, ir en pants a una cena formal.
La imagen personal se transforma en imagen profesional cuando obedecemos una etiqueta corporativa.
La vestimenta en el trabajo es importante no solamente por que emana una sensación de prolijidad y profesionalismo. A través de la ropa se pueden enviar diversos mensajes, sobre todo para los clientes de una empresa. Compañías como McDonalds o Home Depot han ligado el uniforme de sus empleados con su filosofía.
Una buena imagen profesional invita a pensar que eres lo mejor de tu empresa: su talento.
¿Por qué la imagen personal es importante si estás en el área de ventas?
En un mercado hipercompetitivo, el precio y la calidad de los productos o servicios que se ofrecen tienden a homologarse. En ese contexto, lo que termina por guiar una decisión de compra es el valor añadido que cada empresa brinda; un proceso de venta que desemboca en una grata experiencia es parte primordial de ese extra.
El aspecto del personal de ventas es clave, pues en muchas ocasiones se trata del primer contacto entre el cliente y la empresa. Como vendedor, de tí depende la primera impresión que se lleva el consumidor, así como, el hecho de que este llegue hasta el final del proceso de compra. La seguridad que generas con tu imagen se traslada tanto a la empresa, como a lo que ofertas.
La calidez de un apretón de manos firme, la seguridad de quien habla mirándote a los ojos, la profesionalidad que se encarna con un traje sencillo, cómodo y elegante, son garantía de un aumento en tus ventas.
Branding personal
De la misma manera que tu imagen profesional beneficia a las ventas de la empresas para la que trabajas, cuidar tu vestimenta y actitudes también pueden mejorar tu presencia dentro de una organización o en el mercado laboral.
El branding es algo que se liga de manera inmediata con la imagen de una empresa. Se trata del cúmulo de prácticas y valores que la hacen única: su excelencia, valor añadido y prestigio.
Una vez que has dominado una adecuada imagen profesional, puedes convertirla en la piedra de toque de tu branding personal; de manera que te permita reinventarte como un profesional por encima de la media, al extender tu presencia en la memoria de los clientes y en tu entorno laboral.
Te puede interesar: La Importancia de la Evaluación del Desempeño y de las Sesiones de Retroalimentación a los Colaboradores
¿Qué herramientas pueden ayudarte con este fin?
Tarjetas de presentación: un clásico que no pierde fuelle; entre más minimalistas y concisas, más memorables.Página web personal: en la era de las redes sociales, un sitio que concentre tus actividades y que ofrezca tus formas de contacto, hace la distinción.Asesoría de imagen: puede parecer un gasto superfluo, pero, con unas pocas sesiones, aprenderás técnicas para sacar el mayor partido de tu aspecto físico con el outfit adecuado.Educación de la voz: importa lo que se dice, pero en ocasiones es más relevante cómo se dice. Proyectar tu voz sin esfuerzo, con una dicción perfecta, es más significativo de lo que crees. Un buen curso de locución te enseñará a hablar claramente.
Lenguaje corporal en los negocios y las ventas
Se conoce como lenguaje corporal a la suma de gestos, posturas y actitudes que comunican información sobre una persona, la mayoría de las veces de una manera inconsciente. Por ejemplo, los hombros caídos hablan de una actitud derrotista, mientras que una mirada sostenida puede ser intimidante.
El lenguaje corporal tiene una mayor relevancia en el éxito de la imagen personal y profesional. Es un factor determinante en el éxito en una entrevista de trabajo y en el cierre de una venta.
Existen una serie de gestos y actitudes que pueden ayudarte a transmitir la confianza que un cliente necesita para ser más receptivo.
Un apretón de manos firme: transmite seguridad y el deseo de establecer un vínculo duradero. Si es demasiado débil, lo ligamos con el engaño. Si es muy fuerte, con una imposición.Mira a los ojos de tu interlocutor: es un indicativo de que le hablas con la verdad y de que te interesa lo que te dice. Evita tocarte el rostro al hablar, pues ello da la impresión de que ocultas información negativa.Inclínate hacia tu cliente: mantén una postura recta, con los hombros en alto, para manifestar seguridad, pero, cuando le hables, una ligera inclinación en su dirección te mostrará abierto y receptivo a sus necesidades.Muestra las manos: relacionamos las manos ocultas y los brazos cruzados con posturas defensivas o con la mentira. Lo mejor es tener las palmas a la vista de tu cliente, los brazos a los costados, así como también evitar ademanes amplios o excesivos.
Conclusión
La imagen personal en el trabajo es determinante para el éxito de una empresa, sobre todo cuando se refiere a la imagen profesional de su talento en el área de ventas.
Existen diversas estrategias para potenciar la imagen profesional, desde el cuidado de la etiqueta corporativa hasta el diseño de un branding personal, pasando por la autoconciencia en el lenguaje corporal.
En esencia, la imagen personal es una herramienta que nos permite proyectar cómo nos sentimos, por ello, debemos considerar vestirnos con la intención de ser más productivos.
Tania Loeza ÁvilaAdministradora de VentasConsolidé